Sin embargo, la verdadera experiencia viene al manejarla. La moto tiene siete modalidades de manejo, y mientras la moto está detenida, puedes preseleccionar hasta cuatro distintos para alternarlos de forma rápida mientras conduces. Así, nos enfrentamos a las calles de la CDMX –con sus baches y tráfico– con una estabilidad sobresaliente, y hacemos el switch a carretera con una potencia que no sacrifica la velocidad. Incluso los pasajeros de nuestras motos se sorprendieron. La experiencia de manejo es tan estable que no se sienten los saltos y contratiempos de carretera que algunas motos suelen enfatizar. Aquí, todo fluye.
El motor boxer de la R 1250 GS sorprende para bien en todos los rangos de velocidad porque ofrece un rendimiento increíble mientras proporciona una mayor tranquilidad al conducir a velocidades inferiores. El sistema de control variable del árbol de levas BMW ShiftCam garantiza un desarrollo de par más potente que proporciona más control en cualquier situación. Así, tenemos una mayor cilindrada y más rendimiento con una mayor eficiencia y, por lo tanto, potencia. La fuerte corriente cuando hay menos cambios de marchas otorga más control, y la energía del boxer luce en todo su esplendor.
Gracias al diseño del asiento, las horas en carretera pasan cómodamente, tanto para los que viajan solos como para los que traen una segunda persona a bordo. Así, cuando llegamos a Viñedo San Lucas, nuestro destino para el fin de semana, seguimos con la energía de disfrutar la tarde. ¿Y cómo lo hacemos? Sometiéndonos a algunas de las pruebas para las eliminatorias para BMW Motorrad International GS Trophy 2022 (mejor conocidas como GS Trophy Qualifiers), un concurso organizado por BMW, cuya final internacional será el próximo año en Albania.
Las pruebas para calificar este concurso son doce actividades que ponen a prueba no sólo la motocicleta, sino las capacidades físicas, mentales y de trabajar en equipo de cada concursante. Así, pasamos por retos como llevar una moto de 250 kilos, maniobrar entre conos de tráfico a velocidades mínimas y sin caernos, pruebas acuáticas, circuitos trazados… y aunque no concursando oficialmente, encontramos en esto la mejor forma de llevar nuestras motos –y a nosotros mismos– a puntos que jamás imaginamos. Aquí, la obra de ingeniería que es la R 1250 GS verdaderamente se hace evidente.
Así, termina nuestro día sobre ruedas y nos preparamos para disfrutar la cena, el tiempo entre amigos y repetir la hazaña –ahora en orden inverso– hacia la CDMX. Y qué deleite hacerlo en una moto que no sólo ofrece el placer de escuchar un motor potente y llegar a velocidades emocionantes, sino que lo hace con tal seguridad y tal fluidez que, por un momento, nada existe más que la moto y nosotros.