Cuando tenía once años comencé a vender simuladores de carreras; desde los cinco años yo me puse como meta que algún día iba a ser conductor de carreras, pero de igual manera sabía que eso no sería nada fácil. Recuerdo que empecé a vender simuladores caseros para ganar dinero y comprarme algo del estilo. Podía ser un pequeño carro de control remoto, un equipo nuevo para subirme a mi moto o alguna gorra de mi equipo favorito. Lo que yo más deseaba era sentirme parte de este mundo y tenía que encontrar la forma de hacerlo. Puedo decir que yo no crecí en una familia que siguiera mucho los deportes de motor y en ese momento el internet tampoco tenía mucha facilidad, por lo que era bastante difícil acceder a todo lo que brinda esta comunidad y todavía más difícil, sentir que pertenecía. Estoy seguro de que muchos me entenderán, la participación y conexión de todos los fanáticos a este deporte y sus productos ha tenido sus retos. Sin embargo, pensando y actuando como un buen mexicano, nada me detuvo.
La Fórmula Uno es un deporte, como muchos otros, donde el orgullo predomina. Te identificas con un equipo, jugador o en este caso, con un piloto y das hasta lo mínimo para formar parte de esa gran comunidad, para demostrar que crees en ellos, que eres un aficionado, que los apoyas y los alientas y por supuesto, que los quieres representar de alguna manera.
A lo largo de los años, quedaba claro que los aficionados de los deportes de automovilismo en México no podían obtener fácilmente los productos que querían para apoyar a sus equipos favoritos. El método más sencillo y común era asistir a una carrera y comprarlos ahí, sin embargo, eso requería comprar un boleto, entonces la otra forma era decirle a algún conocido que fuera a ir que te comprara lo que querías.
En el 2019 hubo 21 carreras de Fórmula Uno, de las cuales solamente dos fueron en Latinoamérica. Las barreras que existen para tener acceso a este deporte son tan altas que algo tan simple como comprar una gorra de Mercedes se convertía en un reto muy grande. Pienso en mí cuando tenía once años: sabía que quería algún artículo del equipo para por lo menos sentirme parte de esta gran comunidad, pero el acceso era difícil.
Siempre supe que tenía que haber una manera de conectar con mi país, México, las marcas de los equipos que siempre había admirado.
En el 2019 fui piloto de reserva y desarrollo para Mercedes-AMG Petronas Motorsports y tuve la oportunidad de lanzarme para diseñar una gorra Mercedes especialmente para el mercado mexicano. Nunca habían hecho un producto para ese mercado anteriormente y fue una excelente experiencia el trabajar para crear algo para vender en la carrera de México de ese año. Es un orgullo decir que esa gorra fue el producto más vendido de toda la carrera y se agotó por completo en tan solo 3 días. Esa fue mi prueba de que realmente si existía la emoción por los productos de la Fórmula Uno en México.
Después de esto, supe que esta era un área de negocio en la que me quería involucrar más, pero con tantos otros compromisos en ese momento, no pude poner la idea en acción hasta el año pasado. Cuando la pandemia empezó, yo estaba viviendo en Londres completamente encerrado. En los últimos 12 años tomaba un vuelo en promedio cada 4 días, viajando constantemente a carreras y eventos. Por primera vez en 12 años, me encontré con lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo. El encierro me permitió dedicar este tiempo a convertir mi idea en algo real y aquí es cuando nace Edasi.