¿Por qué el Gran Premio de Mónaco es la joya de Fórmula 1?
No sólo es el glamour que da Mónaco por ser un Principado. No, es el legado que han dejado alguno de los pilotos más audaces e intrépidos que han existido. Es Ayrton Senna bajando todos los récords a medida que la lluvia empeoraba, es Graham Hill dominando durante cinco años, es Michael Schumacher defendiendo la posición en el túnel, es… legendario.
Y es que el Gran Premio de Mónaco se remonta a 1929, 21 años antes de que existiera Fórmula 1. La Asociación Internacional de Automóviles Clubes Reconocidos tenía dudas sobre admitir al Automóvil Club de Mónaco, ya que la organización del Rally de Montecarlo era perteneciente al circuito europeo. Para poder entrar a la Asociación, Mónaco necesitaba apuntalar su solicitud con una carrera propia.
Así, Antony Noghès trazó un circuito callejero (con cambios mínimos en la actualidad) y le pidió a Louis Chiron que lo probara. La estrella del momento se mostró sorprendido, y el 14 de abril se llevó a cabo la primera carrera, con Williams Grover como vencedor.
Desde esa primera edición, la dificultad del trazo fue cobrando fama. Para Bugatti fue la oportunidad de mostrar que sus autos eran poderosos y maniobrables, y se hicieron del triunfo en los tres primeros años. Las victorias de Chiron, Achille Varzi y Giuseppe Farina llevaron a la prueba a la fama mundial, y en 1950, con la creación del Campeonato Mundial de Fórmula 1, la inclusión de la ronda era inminente.
El primer ganador bajo el cobijo de F1 fue el argentino Juan Manuel Fangio, quien se dio el lujo de sacar una vuelta al segundo lugar (Ascari), dos al tercero (Chiron), tres a (Raymond Sommer) y cinco giros al príncipe Bira.
La dureza de Mónaco hacía crecer su importancia, como cuando en 1955 Alberto Ascari se convirtió en el único piloto en terminar en el agua. Tan sólo dos años después los Ferrari de Hartwort y Collins quedaron colgando del muelle. Vinieron los triunfos de Stirling Moss, Graham Hill, Jackie Stewart, Niki Lauda y Jody Scheckter, quien gracias a esa victoria (1979) pudo llevar a Ferrari de vuelta al título mundial.
Argentina tuvo un segundo ganador, con Carlos Reutemann confirmando a Williams como un rival al título, y llegó la era moderna, con cuatro triunfos de Alain Prost y seis de Ayrton Senna , incluida esa extraordinaria demostración bajo la lluvia. Y también uno de sus momentos de mayor soberbia, cuando pretendía sacar una vuelta a Prost (quien era segundo), y en su afán de alcanzarlo, terminó en las barreras, cediendo el triunfo a su rival.
Michael Schumacher conquistó el Principado en cinco ocasiones, mientras que Juan Pablo Montoya alcanzó la perfección en un Williams, en 2003. En la actualidad, Nico Rosberg es quien tiene más triunfos en su casa, con tres, y con su ausencia de la parrilla Lewis Hamilton podría empatarlo y aumentar su liderazgo en los puntos (95).
Para Vettel, su oportunidad de repetir lo hecho el año pasado significaría la posibilidad de retomar la punta del campeonato (78 unidades), mientras que para Valtteri Bottas (58) y Kimi Räikkönen (48) es la oportunidad de entrar a la pelea.
Para Sergio Pérez es una de sus últimas carreras en las cuales el pódium luce como algo cercano, alcanzable, como lo hiciera en 2016, cuando -con la lluvia de su lado- mostró su talento en una de las pistas que menos zonas de rebase presenta.
Estamos en mayo y es momento de disfrutar de Mónaco y sus emociones; de ese piloto que salte del resto para demostrar su valor; de aquel que aproveche la dificultad del trazado para hacer algo temerario, algo que sea recordado por décadas y que mantenga al Principado como la joya de la corona de F1.