Autos para hombres de verdad (Parte II)
Viene de Autos para hombres de verdad (Parte I)
Porsche 911 Turbo original y el actual GT2 RS (997) 1974 y 2010
El "hacedor de viudas" original fue el 911 Turbo de 1974 (código 930), la versión sobrealimentada del ya para entonces legendario Porsche 911. La ruta del turbocargador ya había sido explorada por otros fabricantes, pero ninguno había conseguido resultados tan espectaculares como Porsche. El 911 Turbo proporcionaba una aceleración y una velocidad que en ese entonces sólo se podían encontrar en cifras de auto de carreras. El enorme alerón "cola de ballena" y las salpicaderas traseras ensanchadas eran necesarios para acomodar las enormes ruedas traseras y así mantener estabilidad y tracción a alta velocidad. Básicamente, era como si un 911 hubiera ido al gimnasio.
La brutal respuesta del motor turbo hacía que este fuera muy difícil de conducir al límite, pues una subida de presión repentina del turbocargador a media curva frecuentemente terminaba con una excursión a los lados del camino en el mejor de los casos. Así creció la reputación del 911 Turbo.
En 2010 fue lanzado el 911 GT2 RS, la versión más extrema y brutal del 911 Turbo moderno. Con menos peso por el uso de materiales livianos y la eliminación del sistema de tracción integral, adicionado con más potencia (la cual llega a los 620 bhp) esta versión marca una enorme diferencia con respecto a los 280 bhp que producía el Turbo original.
Lo que no ha cambiado es la patada de adrenalina que provoca en el cuerpo experimentar la conducción de cualquiera de estos dos ejemplares. La velocidad es una moneda que no se devalúa.
Ferrari F40 1987-1992
El auto creado por Ferrari para conmemorar sus 40 años como fabricante fue también el último en ser revisado y aprobado por el mismísimo Enzo Ferrari antes de su fallecimiento a los 90 años de edad en 1988.
El F40 es fiel al concepto original de Ferrari: un auto de carreras medianamente amaestrado para ser usado en las calles y carreteras públicas, pero con todo el espíritu de una verdadera máquina de pista.
Impulsado por un V8 alimentado por dos turbocargadores, esta bestia entrega 471 bhp de la manera menos sutil posible y, en su época, fue el auto más caro y potente que había producido la firma de Maranello.
El F40 es duro de conducir y de marcha ruidoso y salvajemente poderoso. Carece de las mínimas comodidades citadinas como un equipo de audio, alfombras, sistema de aire acondicionado o cristales laterales que son piezas de policarbonato para ahorrar peso. Conducir un F40 no es para cualquiera y mucho menos llevarlo al límite: no tiene control de tracción, ni sistemas de control de estabilidad ni frenos antibloqueo. Este auto demanda mucho de su conductor y recompensa con sensaciones que hasta entonces sólo eran restringidas a pilotos profesionales. El F40 es uno de los Ferrari más grandes de la historia y hay que ser muy hombre talentoso para llevarlo deprisa.
Leer: La historia tras los nombres de 5 autos famosos
Shelby Ford AC Cobra 427 S/C 1962 a 1966
Quizá este sea uno de los autos deportivos más crudos y violentos que hayan existido jamás, pero también uno de los más exitosos como auto de competencia. El Cobra nunca fue igualado por ningún auto en su época, ni en la carretera ni en las pistas y aún ahora su desempeño es impresionante.
Su creador fue el legendario Carroll Shelby, un preparador y corredor texano al que sólo una delicada afección en el corazón pudo derrotarlo y alejarlo de la conducción en carreras. Su siguiente paso fue contactar a la firma británica AC Cars para iniciar un proyecto en el que el competente chasis del AC Ace acabaría impulsado por un V8 de origen norteamericano. Tras un importante trabajo de desarrollo entre Shelby, Ford y AC, el liviano auto comenzó con un motor de 260 pulgadas cúbicas, luego un 289 y finalmente un monstruoso 427, es decir siete litros de cilindrada y 360 bhp cuando menos. Al final pesaba casi 230 kilos menos que un Corvette, que era una de las referencias y era más veloz que los costosos Ferrari de la época. De hecho, el Shelby Ford AC Cobra conquistó el campeonato mundial de constructores FIA en 1965.
El manejo del Cobra es verdaderamente salvaje: su peso de una tonelada, la enorme potencia del motor 427 y su respuesta instantánea al acelerador lo vuelven un auto nervioso y dispuesto a cambiar de dirección como si fuera una ardilla. Obviamente, dominarlo requiere fuerza física y reflejos de rayo. El Cobra es uno de los autos más masculinos que se hayan construido y, por si fuera poco, fue creado por una leyenda indiscutible del automovilismo.
Bugatti Veyron EB16.4 2007-2014
El sobresaliente Veyron es pura pornografía, inspira deseo en cualquiera que lo vea de cerca y sepa de lo que es capaz de hacer. Su precio exorbitante de dos millones de euros es incluso parte de su mística.
Dentro de todo, es relativamente sencillo hacer un auto de carreras muy veloz, pero su vida útil es muy limitada pues no importa si se desintegran al final de la carrera, mientras sea después de cruzar la meta. Otra cosa completamente distinta es crear un auto de calle con desempeño de auto de carreras pero con todos los sistemas de seguridad activa con comodidades de un vehículo de calle y que además sea durable en cualquier clima y condición durante muchos años.
Su motor de 16 cilindros en W de ocho litros de cilindrada y presurizado por cuatro turbocargadores es una pieza de ingeniería extraordinaria. Inicialmente mostraba una cifra de potencia de 1,001 caballos de fuerza, tan sólo porque el libro favorito de Ferdinand Piëch Porsche, hasta hace muy poco mandamás de Grupo VW y autor intelectual del Veyron, era "Las mil y una noches". Después, esa potencia llegó a los 1,200 bhp en las versiones Super Sport al final de la producción.
Primero hizo historia al alcanzar los 407 km/h y finalmente llegó a los 431 km/h, que sigue siendo el récord para un auto de calle.
El más, el todo. Eso es el Bugatti Veyron EB16.4.
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