Las mejores persecuciones del cine
Tensión, alta velocidad y destrucción. Toda buena película de acción se halla incompleta sin al menos una secuencia que muestre vehículos jugando al gato y al ratón con conductores irresponsables de reflejos ultrarrápidos. De hecho, si hay un intercambio de plomo, mejor.
Estas son las persecuciones que más nos han impactado del amplio repertorio de películas que hemos visto. Aunque seguro que olvidamos alguna... Así que, abróchense los cinturones por que va a ser un viaje movidito.
The Italian Job (Peter Collinson, 1969)
No, no hablamos de ese remake. De hecho, olvidemos que existe. Estamos hablando de la mejor película de atracos que nos ha dado Inglaterra y con una de las mejores persecuciones grabadas jamás. La huída de la pandilla liderada por Michael Caine de su robo en Turín a bordo de unos Mini Cooper es sencillamente demasiado icónica.
Los Hermanos Caradura (John Landis, 1980)
Esta genial comedia centrada en dos uniformados hermanos amantes del blues goza de las persecuciones más alocadas. Su misión divina para evitar el cierre del orfanato donde fueron criados les genera múltiples enemigos que les persiguen sin tregua: la policía, unos vaqueros dementes, el ejército y hasta nazis de Illinois. De hecho, la primera carrera el filme ostenta el récord de más coches de policia destruidos. Tal y como advierte Elwood Blues (Dan Aykroyd): “Nos quedan 160 millas para Chicago, sólo tenemos medio paquete de tabaco, es de noche y llevamos gafas de sol”. A lo que su hermano Jake (John Belushi) replica tajante: “Acelera”.
Mad Max 2, guerrero de la carretera (George Miller, 1981)
Seguimos inquietos respecto a la nueva entrega con Tom Hardy como protagonista que se estrena esta semana. Aún así, conviene recordar que antes del reboot existe la original. En este mundo post-apocalíptico donde la gasolina es un bien escaso (parece mentira que la gasten tan a la ligera), Mad Max (Mel Gibson) se enfrenta a bandas de psicópatas salvajes a bordo de su Interceptor Ford Falcon V8. Si tenemos que ser sinceros, la extensísima persecución final es un joya cinematográfica.
Vanishing Point (Richard C. Sarafian, 1971)
Pero si hablamos de persecuciones extensas, esta road movie es toda ella una adrenalínica carrera. El emblemático Dodge Challenger blanco conducido por Kowalski debe cruzar Estados Unidos (de Denver a San Francisco) en tan sólo 15 horas. Obviamente, a la policía no le gusta mucho la hazaña del piloto y tratarán de detenerlo por todos los medios. La espectacular fotografía con el auto cruzando el desierto y el hecho de que es una de las primeras películas en usar rock como banda sonora la ensalzan al paraíso cinematográfico de culto. Podemos ver un claro homenaje a esta obra maestra en Death Proof de Quentin Tarantino.
Bullit (Peter Yates, 1968)
El thriller policíaco protagonizada por el king of cool, Steve McQueen, marcó un antes y un después en cuanto a persecuciones. Cuando el agente protagonista persigue con su Ford Mustang Fastback GT 390 a un Dodge Charger por las calles del centro de San Francisco presenciamos un duelo magnífico de motores. Con homenajes posteriores en películas como La Roca, Bullit se distingue por algo que el resto no tienen: McQueen, entusiasta del motor, se encargó de manejar a altísimas velocidades sin doble alguno.
Ronin (John Frankenheimer, 1998)
Las persecuciones de esta película de espías protagonizada por Jean Reno y Robert De Niro se llevan el premio en cuanto a realismo. Los métodos usados por Frankenheimer no fueron escasos: pilotos de Fórmula 1, entornos reales como París o la Riviera francesa y métodos de rodaje del Grand Prix. Las escenas son tensas y magistralmente rodadas de una forma tanto verosímil como cruda.
La supremacía Bourne (Paul Greengrass, 2004)
Más espías que no son James Bond (ya hicimos una lista con sus mejores autos ). Esta vez es el moderno agente amnésico Jason Bourne (Matt Damon) a quien nos referimos. En su tercera aventura se embarca en una veloz competición con su némesis rusa por las calles de Moscú en un Lada. Tal vez no sea el auto más espectacular... pero el resultado de la grabación no decepciona.
El transportador (Louis Leterrier y Corin Yuen, 2002)
La épica de un profesional del vehículo y mercenario (Jason Statham) contratado para servir como escapatoria a atracadores de bancos tiene grandes escenas del género. Su BMW E38 735i negro se embarca en peligrosos trabajos como el que abre la película. La primera escena ya es una magnífica muestra de acción y una perfecta carta de presentación de su enigmático protagonista.
Fast & Furious 6 (Justin Lin, 2013)
No puede existir una lista sobre autos sin la saga hiperacelerada por excelencia. La extensa familia de filmes protagonizada por Vin Diesel siempre consigue sorprender en cuanto a autos valiosos destruidos. Pero en la penúltima entrega, la inclusión de un tanque contra tres deportivos que acaban totalmente destrozados fue algo que nos dejó a todos con la boca abierta de incredulidad. Los tres bólidos eran un 1969 Dodge Charger Daytona, un 1970 Ford Anvil Mustang y un 1970 Ford Escort RS1600 MK1. Una pena ver estos juguetes rotos...
El caballero de la noche (Cristopher Nolan, 2009)
¿Superhéroes? Efectivamente. La increíble adaptación de Batman de Nolan cuenta con una de las mejores secuencias de vehículos que hayamos visto en pantalla. La potencia de fuego usada por el Guasón (Heath Ledger) contra el acorazado que protege a Harvey Dent y contra el propio batimóbil (y batimoto) es un espectáculo visual difícil de olvidar.
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