Probamos el nuevo Cinquecento
Mi madre siempre me ha dicho maravillas de los italianos: lucen impecables, son fuertes, roban miradas y hacen lo que sea por tu felicidad. Hasta que tuve en mis manos un Fiat 500L, entendí que hablaba de automóviles.
Decidí hacer personalmente la prueba de Life and Style para este coche, que debuta este mes en México. No quise seguir el tradicional guión para reseñar todos los autos que llegan a la redacción, así que tomé las llaves y le propuse a los demás tomar carretera hasta encontrar un paraje lejos del ruido de la ciudad para probar su motor turbo de 160 hp.
Todo el camino recordé a mi madre: desde mi primera aproximación, el auto lucía un diseño impecables, en un atractivo rojo moderno. Gracias a su caja de cambios automática, su respuesta es fluida e ideal para carretera y ciudad. La amplitud, punto y a parte: el espacio interior es increíble, cómodo y con visión 360°, gracias a su techo panorámico. El sistema de suspensión es suave y se adapta a las difíciles calles de México —¡cuatro personas y un perro disfrutamos de un gran espacio de vida!—. Y claro que robaba miradas en todo aquel que lo veía circular: todos trataban de identificar la marca responsable de tan atractivo modelo.
Para finalizar, me quedó claro que es un italiano de llantas a techo, al que le gusta presumir todo: se encargó de que pasáramos un día increíble fuera de la oficina, entre amigos, en un viaje que ya estamos pensando repetir muy pronto.
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