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Formas perfectas: Ferrari 458 Speciale

Manejamos el Ferrari 458 Speciale hasta nuestro estudio para realizar esta espectacular sesión de fotos.
mar 19 agosto 2014 08:36 AM

A simple vista, el Speciale luce muy similar al 458 Italia en el que está basado, pero todos y cada uno de los paneles de sus carrocería han sido aligerados, masajeados en sus formas y optimizados aerodinámicamente para que contribuyan al todo que representa esta versión final y más extrema.

La denominación Speciale podría sonar un poco redundante, ya que en realidad cada Ferrari es especial y el 458 es uno de los coupés V8 de la firma más exitosa, capaces y atractivos que jamás hayan salido en la pequeña población de Maranello. Así que si la legendaria marca italiana decidió llamarle Speciale es porque tiene excelentes razones para hacerlo.

Durante el desarrollo del inigualable superdeportito híbrido LaFerrari, la tecnología de máximo nivel tomó por asalto las instalaciones de Ferrari. El flujo de ideas entre el área de Fórmula 1 y la división de autos de calle se intensificó, en especial debido a las nuevas reglas que aplicaron a partir de este año en la máxima categoría del automovilismo. Éstas contemplan, entre otros detalles, el uso de sistemas híbridos y motores de menor cilindrada, así como dispositivos de recuperación de energía para eficientar, al máximo, la extracción del poder encerrado en el combustible fósil.

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En el 458 Speciale no se dejó nada como estaba originalmente: el motor de ocho cilindros en V fue repotenciado y es ahora uno de los propulsores de aspiración natural más eficientes que existe, ya que entrega más de 133 caballos de fuerza por cada uno de sus 4.5 litros de cilindrada, para ofrecer un encantador total de 597 bhp bajo el control del pie derecho. Toda una proeza técnica.

La inteligencia se fusionó con la pasión desbordante que inspira el Speciale en la forma de una avanzado sistema de gestión electrónico del balance dinámico del auto, mucho más allá de los controles de tracción y estabilidad presentables en los automóviles modernos; esta maravilla técnica se llama SSC o Side Control.
 

Este leviatán tecnológico es una especie de supervisor de todos los demás sistemas del vehículo; esto funciona efectivamente como una red de seguridad invisible e imperceptible que está ahí para evitar desbalances peligrosos, pero de manera no intrusiva. El principal beneficio es que permite al conductor acercarse a los lejanos límites dinámicos del Speciale sin ponerse en riesgo y con una sensación de control casi impensable.

La tecnología en el 458 Speciale lo convierte en una especie de exoesqueleto que abraza y protege al conductor, agudiza sus sentidos y le permite explorar sus capacidades al volante más que ninguno otro Ferrari V8 ha conseguido; pero lo hace sin ser condescendiente, empoderar y anima al conductor, lo convence de que la tecnología puede ponerse al servicio de la pasión y el disfrute más puro sobre el camino.

 

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