Alfa Romeo 4C: un italiano con actitud
El Alfa Romeo 4C es, sin lugar a dudas, el peor coche que he amado en mi vida.
Pasé un día entero conduciéndolo hasta que, literalmente, mi trasero estaba dolorido. En el camino, acumulé una lista de quejas que crecían con cada kilómetro. Pero cuando desperté a la mañana siguiente, quería conducirlo un poco más.
Era ruidoso, como estar en una línea de producción. Rodaba de manera difícil. Su dirección, especialmente a bajas velocidades, era un ejercicio físico del nivel de la NFL. Pero, al juntar todo eso, obtienes una experiencia que involucra tus sentidos íntimamente en el acto de conducir un auto. Es el tipo de cosa que ya no se consigue en esta era de potencia computarizada en todas las cosas.
El énfasis está en el peso ligero, no en la fuerza bruta. En lugar de un gran motor V6 o V8 tiene un motor de cuatro cilindros turbocargado de 237 caballos de fuerza que vive en el pequeño compartimento con techo de cristal detrás de los dos ocupantes. La carrocería está compuesta en gran parte de fibra de carbono y aluminio para mantener al automóvil ligero y ágil. El 4C no es el coche más poderoso o más rápido que he conducido, pero es uno de los más divertidos.
Dicho esto, hay algo que permanece ajeno a conducir este nuevo deportivo Alfa Romeo. Eso es tu pie izquierdo. El 4C es en realidad un auto muy moderno y eso significa que no hay transmisión manual. No es ni siquiera una opción, porque el auto simplemente no fue diseñado para ello. Pones el auto en drive o reversa utilizando botones que se presionan y puedes cambiar de velocidades hacia arriba y abajo utilizando las manijas montadas en el volante. No se necesita clutch. Ni siquiera puedes conseguir uno aunque lo desearas.
Sin embargo, la transmisión cambia nítidamente, y sus cambios son muy oportunos cuando se le permite trabajar por su cuenta. Puedes utilizar un interruptor en el centro para elegir entre estilos de cambio más o menos agresivos.
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