En pleno siglo XXI, ¿quién paga en la primera cita?
Allison Shiffler ha dominado el arte de las citas en línea. El truco de la joven de 29 años es simple: le encantan las hamburguesas. Su perfil desafía a los chicos a llevarla al mejor restaurante de hamburguesas.
Muchos hombres la invitan a cenar.
Shiffler trabaja, está a punto de empezar su posgrado en una universidad de la Ivy League e incluso ha protagonizado un comercial. Pero cuando se trata de las primeras citas, ella tiene una regla: si el chico no paga la cuenta de su hamburguesa, ella no vuelve a salir con él.
"Sólo una vez he pagado por mi hamburguesa. Fue en un lugar donde solo aceptaban efectivo y el chico no llevaba suficiente dinero", le dijo Shiffler a CNNMoney . Ella ha descubierto que la norma es que los hombres paguen en al menos dos citas, incluso en la moderna ciudad de Nueva York.
El enfoque de Shiffler parece ser muy "tradicional" en 2015, pero numerosas encuestas y entrevistas de CNNMoney encuentran que la mayoría de las parejas heterosexuales no dividen la cuenta 50/50 en la primera cita. Esto es así incluso cuando el hombre y la mujer se identifican como progresistas o feministas.
Más del 75% de los hombres informan que aún se sienten culpables cuando aceptan el dinero de las mujeres, de acuerdo con una investigación de Janet Lever, profesora de sociología de la Universidad Estatal de California, Los Ángeles. Ella ha estudiado durante años las tendencias en las relaciones y ha encuestado a unas 17.000 personas.
Es cada vez más común que la gente diga que esperan que pague quien pide la cita, pero la realidad es que son los hombres quienes siguen tomando la iniciativa.
"Los hombres se encuentran en esta posición horrible. Todavía temen pensar si deberían abrir la puerta, o si esto la insultará", dice Lever. Ha sido apodado "sexismo benevolente", y se torna incluso más complicado cuando llega la cuenta.
Lever ha descubierto que el mundo moderno de las citas es así: aproximadamente un 10% de los heterosexuales que salen en citas están buscando algo muy tradicional donde el hombre paga por todo. Otro 10% busca un 50/50 desde la primera cita. El resto se encuentra en un lugar intermedio.
Descifrar ese "espacio intermedio" puede ser difícil. Cuando llega la cuenta en la primera cita, la mitad de las mujeres sacan su billetera. A veces se hace referencia a esto como una "billetera imaginaria", porque alrededor de la mitad de las mujeres que ofrecen pagar se molestan si en realidad tienen que gastar dinero.
"Probablemente he salido en 35 citas este año. Siempre he pagado por ellas", dice Michael, un asesor de 31 años que vive en Nueva York. Él lo ve como un gesto caballeroso, y como una manera de enviar una señal en la era de las aplicaciones de citas que él está realmente interesado en una relación, no en una aventura.
Si su cita se ofrece a pagar, Michael ha desarrollado una expresión que parece dar buenos resultados. Él saca su billetera y dice "No, no. Fue mi sugerencia. Me alegró mucho conocerte. Muchas gracias por venir".
Competir cuando llega la cuenta es a lo que los economistas se refieren como "enviar señales", un intento de comunicación no verbal. Muchas mujeres aún ven el hecho de que el hombre pague como una señal de que está interesado... y de que es un caballero.
Por otra parte, muchas mujeres ofrecen pagar para mostrarles a los hombres que no están buscando a un soltero adinerado.
"La manera en la que deciden pagar en una cita puede ser una buena señal de cómo piensan que los papeles de los hombres y las mujeres deberían funcionar en la relación", dice David Frederick, profesor adjunto de psicología en la Universidad de Chapman, quien realizó la encuesta con Lever a 17,000 personas solteras en Elle.com y NBCNews.com
Así es como puedes descifrar las señales femeninas, de acuerdo con Alison, quien tiene treinta y tantos años y vive en Brooklyn:
1. Si no quiero volver a verlo y quiero salir de allí rápidamente, pagaré toda la cuenta.
2. Si es perfectamente agradable pero no pienso volver a verlo, divido la cuenta entre los dos.
3. Si realmente me gusta y ofrece pagar, lo dejo. Pero normalmente le digo "Déjame pagar la próxima".