La cultura del puro
Fumar un buen puro es un verdadero placer. Combinar su sabor con un buen whisky es aún mejor. En muchos sentidos fumar un puro es un arte, y en algunos casos, un estilo de vida. El puro se disfruta con todos los sentidos, empezando con cómo se ve, cómo se siente, a qué huele, y a qué sabe. Pero, para poder disfrutarlo plenamente, hay que tener tiempo. Es un momento tuyo o para compartir con amigos. No se vale desperdiciar un excelente puro en un momento de prisas. El placer lo da el fumarlo con calma, con paciencia, sentarse y disfrutarlo.
Para poder gozar de esta experiencia, es importante considerar algunos aspectos:
1. El grado de humedad
¿Dónde quieres fumarte el puro? No es lo mismo fumarlo en la Ciudad de México que a nivel del mar. Los puros a nivel del mar están más húmedos y es más difícil que se echen a perder. Si estás en la ciudad, debes meterlos en un humidificador especial para que se asemejen las condiciones del nivel del mar. Un puro seco es infumable.
2. El “tiro”
El “tiro” es la facilidad con la que te llevas la bocanada de humo a la boca. Si el puro es muy seco, tendrás que hacer mucho más esfuerzo al aspirarlo. Mientras menos tengas que “tirar”, en mejores condiciones estrá el puro.
3. La textura
La textura de un puro tiene que ser suave al tacto y no debe tener grietas. Las grietas representan sequedad en el tabaco. Por lo tanto, si está agrietado, el puro está seco y el “tiro” será insuficiente.
4. El tamaño
Mucha gente se aburre con un puro muy largo y algunas otras disfrutan de estos. Finalmente, el tamaño del puro es una cuestión de gustos. Si el puro es corto y está en buenas condiciones, será igual de placentero que un puro largo en las mismas.
5. El sabor
El sabor del puro depende del tabaco del que esté hecho. Hay tabacos más fuertes, medianos y suaves. Nuevamente, al gusto del consumidor. El Caribe ofrece un sin número de variedades en la fuerza del tabaco, por eso muchos consideran el tabaco caribeño el mejor del mundo.
6. El olor
El característico olor del puro es amigo de muchísimas personas, y enemigo de muchas otras. Sin duda, el olor es único. No hay manera de confundir en algún lugar cuando alguna persona se está fumando un puro.
7. La ceniza
Se dice, que la calidad de un puro se puede medir en la forma en que deja la ceniza. Si la ceniza es muy blanca y no se rompe, el puro es de buena calidad. Si la ceniza es obscura y se fractura espontáneamente, el puro es de menor calidad.
úntate con tus amigos y disfruta del arte de fumar un puro, o relájate y haz un tiempo para ti con un buen libro y un buen puro. Recuerda que debes fumarlo con moderación para realmente apreciar este placer.