Tragos de autor: Mojito "Hemingway"
Hasta un año antes de su suicidio en Idaho, en 1961, el premio Nobel de Literatura estadounidense Ernest Hemingway adoraba pasar largas temporadas en Cuba, retirado del mundo, cerquita de Castro. Pero su relación con el mojito se remonta a mucho antes, a principios del siglo XX.
Reconocido por ser uno de los grandes bebedores de la historia, fue en tiempos de la Ley Seca cuando Hemingway, como muchos otros gringos, optó por visitar la isla del azúcar con mucha frecuencia para disfrutar sin problemas de los placeres del alcohol. En la tranquilidad del Caribe, el autor desarrolló aún más su afición por la bebida, que tantos problemas de hígado le daría en el futuro. Prueba de ello es el cartel que todavía hoy adorna La Bodeguita del Medio: “My mojito in La Bodeguita, my daiquiri en El Floridita”, reza.
Sea este cartel escrito a mano una pieza fidedigna o un gancho turístico de dudosa procedencia, de lo que no hay pierde es de que el escritor contribuyó con creces a dar fama al mojito. Una combinación cuya creación se le atribuye al corsario inglés Sir Richard Drake, que en el siglo XVI tuvo la idea de mezclar aguardiente (felicidad), lima (escorbuto), menta (digestión) y azúcar (sabor).
Hoy, el mojito lleva ron en lugar de aguardiente, hierbabuena en lugar de menta, agua mineral para rebajar el alcohol y hielo picado como filtro para las hierbas. Aunque, si queremos sentirnos Hemingway, debemos sustituir el agua por champaña. No olvidemos que era un hombre de carácter: “Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”... Y aun callado, siguió bebiendo hasta el final.
INGREDIENTES
6 hojas de hierbabuena
1lima
2 cucharadas de azúcar
3/2 oz. de ron blanco
3 oz. de champaña
1 ramita de menta fresca
MODO DE PREPARACIÓN
En un vaso bajo se agregan las dos cucharadas de azúcar, las hojas de hierbabuena y el jugo exprimido de la lima. Primero, se machacan las hojas con un mortero. Luego, se agrega el ron y, después, la champaña. Para terminar, se añade hielo picado y, si se desea, una ramita de menta decorativa.