Do's y don'ts al tomar cerveza
La cerveza es de nuestras bebidas favoritas. La vemos en todos los eventos: bodas, partidos, comidas, 15 de septiembre, etc. Debido a lo popular que se ha hecho la bebida, hemos arrastrado muchos errores al momento de tomarla.
Para que la disfrutes al máximo, platicamos con Felipe Medina, CEO de The Beer Company para que sepas qué sí, qué no y qué nunca hacer para que cuidar a tu cerveza como se lo merece.
1. ¡Aléjala del sol!
La luz del sol afecta completamente el sabor de tu cerveza. No importa si quieres probar una cerveza artesanal o si estás tomando tu marca de confianza, ¡no dejes tu bebida en pleno rayo del sol!
2. Déjala en la lata
Aunque no lo creas, la mejor forma de conservar el sabor y la calidad de tu cerveza es si la tomas desde tu lata. No hay vaso o tarro que pueda superar a este envase.
3. No subestimes el poder de la espuma
Te puede parecer molesta y seguro hasta tienes trucos al momento de servir tu cerveza para huir de la espuma. ¡Error! La espuma evita que la cerveza se oxide y por lo tanto que pierda calidad. La próxima vez que te estés sirviendo una cerveza, recuerda el poder de la espuma.
4. Tarros que viven en el congelador, ¿sí o no?
La verdad es que no es lo más recomendable que sirvas tu cerveza en uno de estos tarros. Sí, una cerveza helada es deliciosa pero el cambio de temperatura puede llegar a afectar su sabor.
5. Michelada, chelada y otras opciones
Seguramente eres fanático de ponerle a tu cerveza todo tipo de salsas, ¡para! Al igual que cualquier otra bebida, la mejor manera de tomarla es sin ingredientes extras.
6. Una bebida que ama cuidar tu salud
¿Tu novia no para de decirte que pares de tomar cerveza? ¡No le hagas caso! Esta bebida tiene muchos beneficios para tu salud. Además de tener muchos nutrientes tiene polifenoles (efectivos contra enfermedades circulatorias y cáncer), vitamina A, D y E, entre otros.
7. Como toda bebida, evita el exceso
No sólo lo decimos por ti y para evitar accidentes, no hay nada más molesto que un borracho intenso. Sé honesto. Si el alcohol no te cae bien, mejor no tomes. No se trata de que siempre rechaces todas las bebidas pero sí es importante que tengas claro tu límite.