Estrés crónico
Desde hace un año, vivimos en un estado de estrés constante, que, come era de esperarse, tiene un impacto negativo en el sueño. El estrés activa el sistema nervioso autónomo, causando la liberación de hormonas como la adrenalina y el cortisol. Esto a su vez aumenta la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, lo que pone al cuerpo en un estado de pelear o huir. Así, dormir se convierte en todo un reto.
Y aquí viene el segundo problema: si no dormimos, es muy posible que al día siguiente se nos complique moderar nuestros pensamientos y emociones. Esto, adivinaron, genera más estrés.
Estilo de vida
Al estrés sumemos los horarios extraños que hemos adoptado en nuestras vidas diarias. Con niños en casa, pérdida de trabajo, más tiempo en la computadora y más responsabilidades en casa, el sueño resiente el cambio.
A esto sumemos que el día ya no siempre comienza a la misma hora, al menos para muchos, y eso crea un desequilibrio en nuestra rutina diaria, lo que a su vez provoca una mala higiene del sueño. Esto, según los estudios antes mencionados, es más notable en familias con hijo en edad escolar.
Streaming
La pandemia detonó un aumento en el tiempo que pasamos en pantalla, puesto que salimos menos que antes, y claro, para olvidar el estrés de la época en que vivimos. Sin embargo, está demostrado que el uso de pantallas, al generar luz azul, provoca que el cerebro deje de producir melatonina, y eso, a su vez, hace que no puedas dormir.
El otro lado de la moneda
Mientras que el insomnio es uno de los males de la época, la fatiga también está haciendo de las suyas. La falta de sueño, el estrés, los cambios de humor, la poca exposición al sol y la falta de actividad física nos está poniendo exhaustos, y por lo tanto, poco funcionales en el día a día. Si es tu caso, seguro lo notarás porque todo el tiempo tienes sueño y te cuesta trabajo recordar cosas o hacer tu trabajo.
¿Cómo tener el descanso que necesitas?
Antes de que colapses, comienza a hacer cambios:
- Ingiere alimentos ricos en magnesio, como hojas verdes, nueces, semillas, aguacate y chocolate oscuro.
- Modera tu ingesta de alcohol. Quizás beber te relaje y te ayude a dormir bien la primera parte de la noche, pero no siempre es buena idea.
- Despídete de la cafeína. Después de las 14:00, apégate a las bebidas descafeinadas.
- Duerme con cobijas pesadas. Esto simula terapia de presión, que normalmente se usa para tratar desórdenes sensoriales, ansiedad, déficit de atención con hiperactividad, entre otros, sin efectos secundarios.
- Limita tu uso de electrónicos una hora antes de dormir.
- Crea un ritual de relajación antes de dormir.
- Estructura una rutina diaria, en la que te levantes y te vayas a la cama a la misma hora todos los días.